El Ministerio de Hacienda ha decidido prorrogar un año más las deducciones por mejora de la eficiencia energética de vivienda en el IRPF, que se amplía a las obras realizadas hasta el 31 de diciembre de 2023, y hasta finales de 2024 para la rehabilitación energética de edificios de uso residencial.
La deducción en el IRPF por mejorar la eficiencia energética finalizaba el 31 de diciembre de este año en el caso de las ayudas por obras en la vivienda habitual de manera individual, y el 31 de diciembre de 2023 para las actuaciones realizadas en edificios residenciales.
La prórroga está incluida en el real decreto-ley que aprueba medidas de refuerzo a la protección a los consumidores de energía y de contribución a la reducción de consumo de gas natural, aprobada en el Consejo de Ministros.
La medida permitirá a los contribuyentes recuperar parte de su inversión por las mejoras en la eficiencia energética que realicen también a lo largo de 2023, y de 2024 en el caso de edificios residenciales. Como hasta ahora, podrán acogerse a las ayudas los contribuyentes que realicen obras de mejora tanto en una vivienda habitual de su propiedad como en una destinada al alquiler.
El real decreto-ley de 2021 de medidas urgentes para impulsar la rehabilitación de edificaciones en el contexto del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia contempla tres tipos de deducciones en función del tipo de mejora energética y de la tipología del inmueble.
Aquellos contribuyentes que realicen obras de rehabilitación o mejora para reducir la demanda de calefacción y refrigeración en un 7% en una vivienda individual pueden obtener una deducción en el IRPFdel 20% de la cantidad invertida, hasta un máximo de 5.000 euros por vivienda.
Por su parte, aquellos que lleven a cabo actuaciones de rehabilitación que reduzcan un 30% el consumo de energía primaria no renovable (acreditable a través del certificado de eficiencia energética de la vivienda) o mejoren la calificación energética hasta alcanzar las letras A o B pueden obtener una deducción en el IRPF del 40% de la cantidad invertida por con una deducción máxima de 7.500 euros por vivienda.
En el caso de las obras de rehabilitación de edificios residenciales que reduzcan un 30% el consumo de energía primaria no renovable o mejoren la calificación energética hasta alcanzar las letras A o B, los contribuyentes pueden beneficiarse de una deducción en el IRPF del 60% de la inversión realizada, hasta un máximo de 15.000 euros por vivienda.