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Las dificultades de liquidez son una realidad frecuente en autónomos y pequeñas empresas. Impuestos como el IVA, el IRPF o el Impuesto de Sociedades pueden coincidir con meses de menos ingresos, lo que hace complicado cumplir con las obligaciones tributarias en plazo. En estos casos es posible solicitar a la Agencia Tributaria un aplazamiento o fraccionamiento de deudas fiscales. Es una herramienta útil, pero no exenta de condiciones.

Antes de aceptar un acuerdo con Hacienda, conviene revisar con detalle todos los puntos para evitar sorpresas desagradables más adelante. Aquí te contamos a qué aspectos tienes que prestar especial atención antes de firmar.

¿Qué significa fraccionar una deuda con Hacienda?

Fraccionar una deuda con Hacienda consiste en pagarla en varios plazos en lugar de hacerlo de una sola vez. Es una solución que busca facilitar al contribuyente el cumplimiento de sus obligaciones tributarias, evitando recargos más graves o embargos.

No obstante, este alivio financiero no es gratuito ni automático: Hacienda estudia cada caso, impone requisitos y, en muchos casos, exige garantías. Por ello es fundamental analizar bien la propuesta antes de aceptar el acuerdo.

Aspectos clave a revisar antes de aceptar

El importe total de la deuda

Lo primero es confirmar que la cifra que Hacienda reconoce como deuda coincide con la tuya. Puede haber recargos, intereses de demora o sanciones añadidas. Es importante comprobar de qué conceptos se compone el importe total y si hay posibilidad de recurrir alguno de ellos antes de fraccionar.

 

Intereses aplicados

El fraccionamiento de deudas lleva aparejado un interés de demora. Este interés lo fija el Estado y varía cada año en los Presupuestos Generales. Aunque no es tan alto como el de un préstamo bancario, puede suponer un coste considerable, especialmente si los plazos son largos.

Conviene calcular cuánto pagarás en total sumando la deuda más los intereses, y valorar si resulta más rentable recurrir a otra fuente de financiación.

Número de plazos y calendario de pago

Hacienda propone un plan de pagos que incluye el número de plazos y sus fechas de vencimiento. Es fundamental comprobar:

  • Si las cuotas mensuales son asumibles para tu tesorería.
  • Si coinciden con otros pagos habituales de tu negocio (nóminas, proveedores, alquileres).
  • Si el calendario es realista teniendo en cuenta la estacionalidad de tus ingresos.

Un error común es aceptar un plan demasiado ajustado que, a los pocos meses, vuelve a generar impagos.

Necesidad de garantías

En función del importe de la deuda, Hacienda puede exigir garantías para conceder el fraccionamiento, como un aval bancario, un seguro de caución o incluso bienes inmuebles. Este punto es crucial, ya que la gestión de un aval bancario puede ser costosa y complicar la situación financiera de la empresa. Conviene negociar siempre la menor exigencia de garantías posible.

Consecuencias del incumplimiento

Si no se cumplen los pagos del fraccionamiento en los plazos establecidos, Hacienda puede anular el acuerdo de manera inmediata y reclamar la deuda pendiente en su totalidad, con recargos adicionales e incluso embargos. Por eso es esencial ser realista y asegurarse de que podrás cumplir los plazos acordados.

Relación con otras deudas pendientes

Si tu negocio tiene varias deudas con Hacienda, es recomendable analizar si conviene solicitar un fraccionamiento conjunto o independiente. A veces, unirlas en un mismo acuerdo facilita el control y reduce costes, pero en otros casos puede limitar tu margen de maniobra.

Consejos prácticos para autónomos y pymes

Recapitulando, estos son algunos consejos que habría que considerar para aforntar con garantías un acuerdo de aplazamiento de deuda con Hacienda:

  • Haz cuentas antes de aceptar. Calcula el coste total con intereses y compáralo con otras posibles vías de financiación.
  • Solicita plazos realistas. Es mejor pagar en más cuotas asumibles que en pocas demasiado ajustadas.
  • Revisa el calendario de pagospara evitar coincidir con otros gastos fuertes de tu negocio.
  • Guarda toda la documentación del acuerdo, especialmente el detalle de los plazos y las condiciones.
  • No esperes al último momento. Solicita el fraccionamiento antes de que la deuda entre en vía ejecutiva para ahorrarte recargos adicionales.

Y, en caso de duda, contar con el apoyo de una asesoría fiscal es la mejor forma de garantizar que el fraccionamiento sea una verdadera solución y no un problema añadido. Un especialista puede ayudarte a negociar el fraccionamiento más favorable y evitar errores formales en la solicitud. Si lo necesitas, contacta con nosotros.

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