La jornada laboral flexible se ha consolidado como una medida valorada por los trabajadores y cada vez más adoptada por las empresas. La pandemia aceleró la implantación del teletrabajo y nuevas formas de organización del tiempo laboral, y desde entonces muchas pymes y autónomos con personal a su cargo se han planteado cómo ofrecer flexibilidad sin comprometer la productividad.
¿Sabes qué es la jornada laboral flexible y qué modalidades contempla la normativa vigente? ¿Conoces sus ventajas para la empresa y para el trabajador? ¿Y cómo implantarla correctamente? Te lo contamos.
¿Qué es la jornada laboral flexible?
La jornada laboral flexible consiste en permitir que el trabajador tenga cierta autonomía para organizar su tiempo de trabajo. Esta flexibilidad puede aplicarse en distintos aspectos. Por ejemplo, puede tratarse de horas de entrada y salida flexibles, dentro de unos márgenes establecidos, o de la distribución irregular de la jornada a lo largo del año. Puede tratarse también de trabajo por objetivos, sin horarios fijos, de trabajo remoto o híbrido (parcial o total), o de la compensación de horas extra con descansos.
La clave está en que la empresa y el trabajador puedan acordar un sistema que se adapte a sus necesidades, sin incumplir lo previsto en el Estatuto de los Trabajadores ni en el convenio colectivo aplicable.
Marco legal de la jornada flexible en España
El Estatuto de los Trabajadores, en su artículo 34, contempla diversas fórmulas para la distribución de la jornada laboral. Algunas de las más relevantes en cuanto a flexibilidad son:
La distribución irregular de la jornada
El empresario puede distribuir de forma irregular el 10% de la jornada anual si no hay un acuerdo diferente en convenio. Esta medida permite, por ejemplo, aumentar horas en temporadas altas y reducirlas en las bajas, siempre respetando los límites de jornada diaria y descansos.
La Adaptación de jornada por conciliación
El trabajador puede solicitar adaptaciones en la jornada (incluyendo distribución y teletrabajo) para conciliar su vida personal y laboral, según el artículo 34.8 del Estatuto de los Trabajadores. La empresa debe justificar su negativa si no acepta la propuesta.
Teletrabajo
Regulado por la Ley 10/2021, el trabajo a distancia debe formalizarse por escrito y cumplir con requisitos como la compensación de gastos, la dotación de medios y el respeto a la desconexión digital.
Horarios flexibles recogidos en el convenio o en pactos de empresa
Muchos convenios sectoriales ya incluyen cláusulas de flexibilidad horaria, con bandas de entrada y salida, jornada intensiva en verano, etc.
Errores comunes a evitar al implantar la jornada laboral flexible
Aunque las ventajas son numerosas, también existen riesgos si la jornada flexible no se implementa de forma adecuada. Hay que evitar algunos errores comunes:
Falta de acuerdo o regulación escrita
No basta con permitir la flexibilidad “de palabra”. Es fundamental regularlo por escrito, preferiblemente mediante un acuerdo individual o colectivo, donde se detallen las condiciones.
Incumplimiento de los límites legales
Toda flexibilidad debe respetar los límites de jornada máxima diaria (9 horas), descansos entre jornadas (12 horas), pausas y los días de descanso semanal. Si se sobrepasan, se podrían generar horas extras no pagadas, con riesgo de sanción.
Ausencia de registro horario
Incluso en modalidades flexibles o a distancia, la empresa está obligada a llevar un registro diario del inicio y fin de la jornada de cada trabajador, tal y como exige el Real Decreto-ley 8/2019.
Falta de control sobre la desconexión digital
Con la flexibilidad (y especialmente el teletrabajo), existe el riesgo de que el trabajador termine conectado fuera de su horario laboral. La empresa debe garantizar el derecho a la desconexión digital, recogido en el artículo 88 de la LOPDGDD.
¿Cómo se pone en marcha una jornada flexible?
Si una empresa, pyme o autónomo con trabajadores desea ofrecer flexibilidad horaria, debe seguir una serie de pasos para asegurar que se hace de forma correcta:
Analizar la actividad y necesidades del negocio
No todas las actividades permiten el mismo grado de flexibilidad. Es recomendable hacer un análisis previo para determinar qué áreas o puestos pueden acogerse a esta modalidad.
Revisar el convenio colectivo
El convenio sectorial o de empresa puede limitar o desarrollar aspectos de la jornada flexible. Hay que respetarlo y, si es necesario, negociar modificaciones con la representación legal de los trabajadores.
Establecer una política interna o acuerdo individual
Se puede optar por una política general de flexibilidad o acuerdos individuales firmados con cada trabajador. En ambos casos, es esencial detallar las franjas horarias permitidas, las obligaciones de registro horario, los límites máximos de jornada y las posibilidad de reversión del acuerdo.
Implantar un sistema de control horario
La jornada flexible debe permitir registrar la jornada laboral de cada empleado, independientemente de si trabaja en la oficina, en remoto o con horario flexible. Puede ser un sistema digital, una app o un software homologado.
Formar a responsables y empleados
Es recomendable formar a mandos intermedios y a los propios trabajadores en la gestión del tiempo, productividad, cumplimiento de horarios y derecho a la desconexión.
La jornada laboral flexible es una oportunidad para mejorar la competitividad de las empresas y el bienestar de los trabajadores, pero su puesta en marcha debe hacerse de forma planificada y conforme a la normativa laboral vigente. Contar con una asesoría laboral de confianza es clave para evitar errores que puedan derivar en sanciones.