Ya sea por jubilación, porque se quiere emprender otra actividad profesional, por enfermedad o incapacidad o porque llega un momento en que se quiere dejar la actividad a otro familiar, el traspaso de un negocio es una opción que puede resultar beneficiosa tanto para quien lo cede como para quien lo recibe. Sin embargo, se trata de un procedimiento que requiere tener en cuenta múltiples aspectos y para el que es recomendable contar con asesoramiento, tanto desde el punto de vista legal, como fiscal o de la valoración del negocio.
El traspaso de un negocio es una cesión de los activos tanto tangibles como intangibles con los que se desarrolla la actividad. Dentro de los bienes tangibles se encontrarían el local, el mobiliario, el stock o las herramientas de trabajo; pero existen también activos intangibles como la marca o la cartera de clientes.
Precisamente, estos bienes intangibles son especialmente valiosos para quien se hace con el negocio: iniciar la actividad contando ya con un nombre, con una clientela fija o con un listado de proveedores puede facilitar mucho el trabajo. Para quien deja el negocio, el traspaso es también una alternativa muy beneficiosa, ya que supone continuar con la actividad y que otra persona pueda aprovechar el tiempo que se ha invertido en ella a la vez que se obtiene un beneficio.
Cómo valorar el negocio que se traspasa
Valorar los activos en el traspaso de un negocio es uno de los aspectos más complicados de la operación, tanto porque son muchos los bienes que hay que valorar como por el valor sentimental que tiene. Entre otras cuestiones, habrá que valorar:
- Los aspectos económicos, como el nivel de ventas, la facturación, los costes o si existen deudas o no
- El local: su ubicación, las dimensiones, su estado de conservación, si se ha invertido en reformas de forma reciente o la facilidad de acceso para los clientes
- El mobiliario y equipamiento de que se dispone
- El fondo de comercio, o lo que es lo mismo, la proyección comercial que tiene el negocio: qué clientela fija existe, el valor de la marca, el prestigio del negocio o las previsiones para ese sector concreto
En caso de encontrar dificultades para realizar una valoración se puede recurrir a un perito que haga una valoración externa.
Hay que tener en cuenta que junto con el negocio se traspasan todas las obligaciones, incluidas las contraídas con los trabajadores contratados, que se verán subrogadas. Es decir, no se pueden finalizar las relaciones laborales al adquirir un negocio traspasado, o de lo contrario nos enfrentaremos a una posible demanda por despido improcedente.
El local y las licencias en un traspaso
Uno de los principales activos que se traspasan es el local en el que se realiza la actividad, que puede ser propiedad del responsable del negocio o encontrarse arrendado. Si el autónomo que traspasa el negocio es propietario del inmueble, puede optar por venderlo como parte de la operación o llegar a un acuerdo con el nuevo responsable para alquilárselo.
Si el local en el que se desarrolla la actividad se encuentra arrendado, habrá que tener en cuenta la fecha del contrato de arrendamiento para saber si hay que guiarse por la actual Ley de Arrendamientos Urbanos (la ley 29/1994), en el caso de los contratos firmados a partir del 1 de enero de 1995, o por la Ley de Arrendamientos Urbanos de 1964 (Decreto 4104/1964), si la fecha del contrato es anterior.
En la actual Ley de Arrendamientos Urbanos el traspaso del local está regulado en el artículo 32, se denomina “cesión de local” y permite al arrendador aumentar el precio del alquiler hasta en un 20%. En cualquier caso, habrá que confirmar que el contrato no prohíbe de forma explícita al arrendatario traspasar el local, lo que obligaría a negociar un nuevo alquiler con el dueño.
Pasos para traspasar un negocio
Cuando se negocia el traspaso de un negocio, antes incluso de realizar una valoración del mismo, es necesario facilitar a las personas interesadas toda la información que pueda resultar relevante para tomar una decisión. Son muchos los aspectos que los interesados deben valorar, desde los aspectos financieros hasta si se está cumpliendo con las obligaciones con los trabajadores y con las administraciones o revisar el contrato de alquiler.
El siguiente paso será poner un precio al traspaso. Legar a un acuerdo económico puede ser complicado, por lo que es recomendable recurrir a una valoración independiente, en la que deberán enumerarse todos los activos y justificarse su precio.
Más allá de la valoración objetiva, propietario e interesado deberán negociar un precio y finalmente redactar un contrato privado de traspaso, para lo que es más que aconsejable pedir ayuda a una asesoría legal de confianza.
Impuestos por traspasar un negocio y licencias
El traspaso de un negocio no está sujeto a IVA ni al Impuesto de Transmisiones Patrimoniales, siempre que se destine a la misma actividad y se traspase en su totalidad; pero quien traspasa el negocio deberá emitir una factura y tributar por la plusvalía obtenida por la operación en el IRPF o el Impuesto de Sociedades, en función de si se trata de un autónomo o de una empresa. Además, deberá incluir el rendimiento del capital inmobiliario en la declaración de la Renta.
Hay que tener en cuenta también que la licencia de apertura del local está a nombre de una persona, por lo que habrá que renovarla para cambiar su titularidad.