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La idea de reducir la jornada laboral ha ganado fuerza en los últimos tiempos, y el Gobierno ya ha anunciado su puesta en marcha antes de que acabe 2025. La propuesta es establecer una jornada laboral de 37,5 horas semanales, e incluso 32 horas en algunos sectores. Pero, ¿qué implica esta medida para las pequeñas y medianas empresas, que representan el 99% del tejido empresarial en España? Hoy analizamos cómo la reducción de la jornada laboral puede impactar a las pymes, desde sus retos hasta sus oportunidades.

En España, como recoge el Estatuto de los Trabajadores, la jornada laboral convencional es de 40 horas semanales, repartidas en 5 días, aunque también existen otras modalidades de jornada. Tras la reforma, la jornada pasará de 40 a las 37,5 horas semanales. Las empresas con convenios colectivos actuales de más de 37,5 horas semanales tendrán hasta el 31 de diciembre de 2025 para adoptar la reducción de jornada.

En España varias empresas han comenzado a experimentar con jornadas reducidas, y el Gobierno ha propuesto medidas para fomentar esta transición. Sin embargo, para las pymes, la implementación de estas iniciativas puede ser más complicado por su menor capacidad de absorción de costos adicionales en comparación con las grandes empresas.

Impacto económico de la reducción de jornada en las pymes

La reducción de la jornada laboral puede tener implicaciones económicas significativas para las pymes. Sobre el papel, reducir las horas de trabajo sin una disminución proporcional de los salarios puede incrementar los costos laborales. Las pymes con márgenes de beneficio ajustados podrían enfrentar dificultades para absorber estos aumentos.

Por otro lado, para mantener los niveles de producción o servicio, algunas empresas podrían verse obligadas a contratar más trabajadores, lo que conlleva gastos adicionales en sueldos, formación y seguridad social.

Sin embargo, estudios realizados en países como Suecia y Japón han demostrado que jornadas más cortas pueden aumentar la eficiencia y el rendimiento de los empleados, lo que compensa parcialmente la reducción de horas trabajadas. Además, las empresas que ofrecen mejores condiciones laborales suelen ser más atractivas para los trabajadores, lo que reduce la rotación de personal y los costos asociados al reclutamiento.

Ejemplos de éxito en la reducción de la jornada laboral

Algunas empresas ya han experimentado con jornadas reducidas y han reportado resultados positivos. Por ejemplo, la pyme española Software Delsol implementó una jornada laboral de 4 días y observó un aumento en la productividad y la satisfacción de los empleados. Microsoft Japón también experimentó durante un mes con la jornada laboral de 4 días y logró un aumento del 40% en la productividad.

Estrategias para poner en marcha la jornada laboral reducida

Para minimizar los impactos negativos y maximizar los beneficios, las pymes pueden adoptar varias estrategias:

  • Planificación cuidadosa. Antes de implementar cambios, es fundamental realizar un análisis detallado de cómo afectará la reducción de la jornada a las operaciones diarias y los costos.
  • Flexibilidad horaria. Introducir horarios flexibles o semanas laborales comprimidas puede facilitar la adaptación a jornadas más cortas.
  • Automatización y digitalización: Adoptar tecnologías que aumenten la eficiencia puede ayudar a compensar la reducción de horas trabajadas.
  • Pruebas piloto. Implementar programas piloto en departamentos específicos antes de extender la medida a toda la empresa permite identificar problemas y ajustar estrategias.
  • Formación y desarrollo. Invertir en la formación de los empleados para mejorar sus habilidades y productividad.

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