El creciente interés por las criptomonedas desde el ámbito empresarial ha puesto también de relieve la importancia de la gestión fiscal de estos activos. España, como parte de la Unión Europea, está ajustando su normativa para garantizar que las empresas que operan con criptoactivos cumplan con sus obligaciones fiscales. La entrada en vigor de la DAC8, una normativa europea para aumentar la transparencia, refuerza la necesidad de que las empresas gestionen de manera eficiente su fiscalidad en este ámbito.
Desde la aceptación de pagos en criptomonedas hasta la inversión en activos digitales, las empresas deben adaptarse a un panorama en constante evolución. Te contamos las claves para entender y gestionar adecuadamente los aspectos fiscales relacionados con las criptomonedas.
Criptomonedas y fiscalidad en España
En España, las criptomonedas se consideran bienes patrimoniales. Por ello, las empresas que las manejan deben declararlas como parte de su contabilidad, ya sea al realizar transacciones o al poseerlas como inversión. Esto se aplica tanto a las operaciones comerciales, como la compra y venta de bienes y servicios, como a la compraventa de activos digitales.
Con la implementación de la DAC8 en 2024, las plataformas de intercambio deben reportar datos de los usuarios y sus operaciones. Este paso busca evitar la evasión fiscal y proporcionar un marco claro para las transacciones digitales. Para las empresas, esta normativa implica un mayor control en el registro y reporte de sus operaciones, asegurando que todas las actividades relacionadas con criptomonedas sean transparentes y trazables.
Implicaciones fiscales de las criptomonedas
Las operaciones con criptomonedas generan diferentes tipos de obligaciones tributarias. Por un lado, los ingresos recibidos en criptoactivos deben registrarse como ingresos ordinarios en el Impuesto sobre Sociedades. Esto requiere determinar el valor del activo en euros en el momento de la transacción.
Por otro lado, las ganancias o pérdidas patrimoniales derivadas de la compraventa de criptomonedas deben incluirse en las cuentas anuales de la empresa. Además, las criptomonedas que superen un valor de 50.000 euros están sujetas a la declaración mediante el Modelo 721.
El manejo del IVA es otro aspecto relevante. Cuando una empresa presta servicios o vende productos y recibe criptomonedas como pago, el IVA debe aplicarse de la misma forma que si se tratara de euros.
Cómo adaptarse a la normativa fiscal de las criptomonedas
El cumplimiento fiscal en este ámbito puede resultar complejo debido a la volatilidad del mercado y a la necesidad de mantener registros detallados. No obstante, hay herramientas y estrategias que pueden facilitar este proceso.
Para empezar, existen softwares especializados en contabilidad de criptomonedas permiten registrar de forma precisa el valor de cada transacción en euros, considerando las fluctuaciones del mercado. Este tipo de herramientas no solo simplifican el cálculo de las obligaciones fiscales, sino que también facilitan la generación de reportes claros para las autoridades tributarias.
Además, contar con el apoyo de un asesor fiscal con experiencia en criptomonedas puede marcar una gran diferencia. Estos profesionales ayudan a interpretar correctamente la normativa y a diseñar estrategias para minimizar riesgos y optimizar los resultados.
Actualizar los sistemas internos de reporte es igualmente importante. Las empresas deben asegurarse de que su infraestructura tecnológica esté preparada para cumplir con las nuevas exigencias de la DAC8, lo que incluye el reporte automatizado de datos a las autoridades fiscales.