El comercio electrónico ha pasado en los últimos tiempos a ocupar un lugar destacado en nuestro modo de vida, y se ha convertido en una herramienta fundamental para muchos negocios. Un ecommerce abre la posibilidad de vender más, más lejos y a nuevos públicos, pero existen también obligaciones fiscales y legales del comercio electrónico con las que hay que cumplir tanto desde el punto de vista legal como fiscal: desde la liquidación del IVA a la política de privacidad o la protección de datos, pasando por la garantía o el derecho de desistimiento que poseen los clientes.
Como ocurre con cualquier otro negocio, para poder desarrollar una actividad comercial a través de un ecommerce será necesario estar dado de alta en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) en la Seguridad Social, así como en el censo de empresarios, profesionales y retenedores Hacienda, en el epígrafe correspondiente del Impuesto de Actividades Económicas. Si además se pretende vender productos en el territorio de la Unión Europea, será necesario inscribirse en el Registro de Operadores Intracomunitarios.
Obligaciones fiscales de un ecommerce
Las ventas de bienes y servicios que se realizan a través de comercios electrónicos están también sujetas al IVA. Las ventas de bienes y servicios en un ecommerce son gravadas por el IVA en el país en el que está domiciliado el comprador, y el IVA de todas las ventas intracomunitarias se liquida por vía electrónica a través de ventanilla única.
Existen tres regímenes especiales para declarar y liquidar el IVA, según se trate de servicios prestados a consumidores finales por empresarios o profesionales no establecidos en la CE (régimen exterior de la UE), de ventas intracomunitarias (régimen de la Unión) o de ventas online de bienes importados desde terceros países por empresarios o profesionales por un valor inferior a 150 euros (régimen de importación). Es necesario darse de alta en el régimen especial correspondiente.
Si el destinatario de la venta es un cliente domiciliado en España, el IVA se liquida mediante el modelo 303en el plazo y la forma en que se realiza para el resto de actividades.
Si la actividad que realiza el ecommerce es la venta al consumidor final de productos en los que no realiza ningún tipo de transformación, estarán sujetos al recargo de equivalencia, un régimen especial de IVA para el que también será necesario darse de alta en Hacienda.
Además de la liquidación del IVA, los profesionales y empresas que prestan sus servicios a través de una tienda online están sujetos a las mismas obligaciones fiscales que el resto de negocios, como pueden ser la declaración del IRPF o el Impuesto de Sociedades.
Desistimiento y garantía
Desde el 1 de enero de 2022 los compradores, también los que han adquirido un producto a través de un comercio electrónico, tienen derecho a una garantía de 3 años para que se repare o sustituya en caso de disconformidad.
Además, para las compras realizadas a través de un ecommerce el cliente dispone de un plazo de desistimiento de 14 días durante el cual puede devolver el producto sin coste.
Obligaciones legales de un ecommerce
Además de cumplir con las obligaciones generales para el desarrollo de cualquier actividad, y de las obligaciones fiscales de su actividad concreta, los usuarios del ecommerce deben poder disponer de toda la información acerca de quién y cómo presta los servicios.
La Ley 34/2002, de 11 de julio, de Servicios de la Sociedad de Información y Comercio Electrónico (LSSI), obliga entre otras cuestiones a que el sitio web cuente con un aviso legal en el que conste el nombre del profesional y empresa responsable del comercio, su CIF y dirección, así como con una política de privacidad. Además, la web debe incluir un aviso sobre la política de cookies en un sitio visible y una página que informe sobre las mismas.
Además de darse de alta ante la Agencia de Protección de Datos e informar de los ficheros de los que se dispone, el ecommerce debe ajustarse al Reglamento General de Protección de Datos (RGPD), que entre otras cuestiones obliga a que el consentimiento de los usuarios para recibir comunicaciones comerciales se recabe de forma explícita.